
Sentí un soplo de aire frío en la nuca y al instante supe que algo iba mal.-Respira- me dije.-¡Respira joder!, ahora no, ahora no....por favor...ahora no...-Cerré los ojos.
Ella seguía hablando con el maestro. Entretanto, yo me encontraba apoyada en la pared a unos metros mientas saboreaba una barrita de cereales de chocolate con leche y me miraba los zapatos. Hacia ya cinco minutos que había sonado la campana del recreo, pero por las escaleras aun seguían bajando algunos otros alumnos que se habían demorado, me fijaba en cada uno que bajaba, algunos tenían pecas, otros gafas, unas llevaban el pelo recogido en una cola de caballo , otras trenzas...todos tan diferentes. Cuando acabé la barrita, me guardé el papel en el bolsillo y me moví por primera vez hacia la puerta para salir fuera..estaba cansada de esperar y pensé que en cuanto terminara me buscaría ella, así que me fui. En el patio estaban todas las demás pero no tenia, tal vez ganas o tal vez fuerzas de acercarme, ¿el motivo? no lo sé, quiero decir que no me pasaba nada malo con ellas...pero me sentía como cuando escucho una canción triste en un momento en el que estoy melancólica. El timbre volvió a tocar y la gente se agolpó en un momento empujándose hasta llegar a engullirme a mi también, intenté salir de la aglomeración de alumnos, pero después de unos segundo intentándolo me rendí y me quedé quieta, resignada. En ese instante alguien me tocó el hombro.-¡Te estaba buscando!
Luchar por labrar una vida, para así no tener que ser el felpudo de nadie, que jamás me usen para pisotearme. Necesito adquirir conciencia para poder defenderme ante el despotismo. Tener mis propias ideas, mis propias armas.