Por cada grito, cada insulto y muestra de desprecio que da, me hago más fuerte. No pienso llorar más, si lo hago será en silencio, no le voy a dar el gusto de ver todo lo que sufro y menos aún si él es la causa de dicho dolor.
La vida enseña, a algunos por las buenas...y a otros por las malas, puede parecer una locura, pero en mi opinión la enseñanza que nos da por las malas tiende a ser más efectiva. Así tengo la certeza de que no voy a cometer los mismos fallos que ellos, yo soy la protagonista de mi propia historia y esta vez está en mis manos elegir quien gana y quien pierde.
SOY FELIZ a pesar de todo. Él no, pero no seré yo la culpable.
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