martes, 26 de agosto de 2014

Había una vez una niña que nació en blanco y negro

Había una vez una niña que nació en blanco y negro. Su cuerpo no tenía ni una pizca de color y su pelo era gris como la ceniza. Un día, se topó con un libro y en el momento en el que sus ojos recorrieron las primeras palabras se volvieron violetas, su pelo comenzó a tornarse del color del cielo en verano, sus manos se volvieron del color de las hojas de los árboles, una sustancia del color del vino comenzó a correr por sus venas y su corazón comenzó a brillar más que el propio sol en una mañana de primavera. La niña frágil se había convertido en un alma hambrienta con el don de querer descubrir el mundo.

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