domingo, 24 de agosto de 2014

La noche eterna

"Te entrego mis alas, tú decides si quedártelas"

Siempre me gustó la noche, sobre todo su olor.

Por muy cansada que estuviese la noche tenía algo especial que me impedía cerrar los ojos. Estaba ansiosa por conocerla un poco más pero nunca pude, como ese amor prohibido que se te escapa de los dedos cuando sale el sol, pero ella volvía y me volvía a enamorar. Lo que más me gustaba era su aroma, no sé muy bien decir a qué, en cada sitio era diferente...sal, dama de noche,jazmín,  hierva mojada, humedad, tierra.

Desde que me alcanza la memoria, muchas han sido las noches en vilo, hechizada mirando la luna y soñando que me salían alas y podía tocarla, la ventana era diferente de noche, cuando oscurecía era una puerta al cielo, la oportunidad de escapar que se te ofrece,  las llaves de tu celda. 
Hasta que no salté no descubrí que tenía alas. La brisa era helada, lo adoraba por encima de cualquier cosa y sabía exactamente dónde tenía que ir pues había recorrido ese camino cientos de veces.


                                                                                       Te quiero, Agosto. 

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